domingo, 16 de septiembre de 2012

Cremación y posterior renacimiento

Sí.
Lo he hecho.
He borrado todas las entradas anteriores, salvo la de julio y agosto.
¿Y por qué?
Os preguntaréis.
Pues porque cuando cuando cambias de rumbo e inicias una nueva etapa en tu vida, lo mejor es dejar atrás aquellos recuerdos del pasado que pudieran entorpecer tu camino. O no.

El pasado es imposible de cambiar. Lo que se hizo, hecho está. Pero se queda ahí.

Dije que me embarcaría en un proceso de introspección, para arrancarme las espinas de la piel. Dolió, y sangró durante mucho tiempo. Pero llegó la hora de que esas heridas cicatrizaran y yo pudiera seguir adelante.

Y aquí estoy, de nuevo. He cambiado. A mejor, por supuesto.

Estoy relajándome con todo lo que me gusta, disfrutando de las pequeñas cosas que da la vida y no sabemos apreciar por tener la mente en otros lados.

Hago ejercicio diario, como mejor y más sano. Afortunadamente nunca me dio por elementos tóxicos como drogas o tabaco. El único elemento perjudicial que recibe mi cuerpo sigue siendo la cerveza y los medicamentos. Pero desde luego que no tomo alcohol como para emprender un proceso de embriaguez.

Prosigo mis hobbies, quiero aprender un tercer idioma o seguir contemplando el cielo nocturno. Salir al monte, rodearme de mis amigos más queridos, jugar con el hámster, escuchar música...e incluso poder descubrir nuevas filosofías de vida.

El sufrimiento nunca es en vano. Me refiero al espiritual. Y lo he aprendido hace poco. Y gracias a ese sufrimiento, he tallado en mi mente lo que no debo hacer.

Así que, aquí estoy de nuevo, una mejora de mi ser. Una...Mía 5.0.

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